GOLDY

GHIGGIA DE MARACANÁ

Y el mundo se estremeció…
Y todo quedo en silencio…

Esa imparable saeta, vertiginosa y directa
dio la estocada perfecta que puso punto final.

Nadie lo podía creer…

Once leones vibrantes, en un Uruguay gigante.
y un puntero deslumbrante y una hazaña sin igual

Nadie lo podía creer…
Aquel jugador ligero, hábil y veloz puntero con encendido lucero
entro al libro universal.

Nadie lo podía creer…

Una multitud inerte con el gusto de la muerte
y la tristeza silente que invadió Maracaná.

Nadie lo podía creer…

Esa endiablada corrida con talento y osadía de un Ghiggia
que nos diría Uruguay campeón Mundial.

                                         

GARRA Y PASIÓN


¡Esto es Peñarol!. Belleza y ternura, fulgor y bravura,
pasión y esperanza, fuego y corazón.

Todo lo que ruge dentro de tu alma cuando
sientes que tu pecho estalla, cuando sabes que la vida es una,
cuando la mezcla infinita de valor, peligro, hermosura y naturaleza
se roba por completo todos los sentidos de tu ser.

¡Pues eso es Peñarol!.


DARÍO; GRITO DE GLORIA


Por tu estirpe y elegancia, por tu coraje y bravura,
sos la mística figura del futbolista aurinegro,
sos la descarga del trueno que azotas con esplendor y
en las canchas tu valor es batallar carbonero,
que como clima de enero ardiente s tu corazón.

Darío; grito de gloria tu nombre es sangre y sudor,
incansable gladiador lancero de mil batallas,
en tu rostro las agallas, dibujadas del guerrero,
y ese tesón carbonero ídolo de las hinchadas,
cuando sales de patriadas y estalla un grito de gol.





Hola amigos; soy Goldy un cachorro carbonero de ley como ustedes y como mi gran amigo Roberto, les digo que estoy orgulloso porque nací hincha de Peñarol, el actual campeón Uruguayo y desde que nací jamás perdí un clásico ni un campeonato. Les cuento que ahora estoy muy, muy lejos, pero quiero que sepan que siempre, siempre que juegue el manya y aunque no logren verme, yo estaré hinchando junto a ustedes desde lo más alto de la tribuna, allá, en el horizonte, donde la tierra se besa con el cielo y jamás, jamás los olvidare, porque ustedes y mi amigo Roberto me hicieron muy feliz. Cada vez que griten ¡¡¡Peñarol, Peñarol!!! Recuerden que yo estaré junto a ustedes gritando, alentando, saltando y ladrando... Y ahora, llegó el momento, de despedirme para siempre, pero no sin antes decirles que ustedes los carboneros son mis amigos eternos y que me despido feliz de haberlos conocido y haber compartido gratos momentos junto a ustedes. Gracias, muchas gracias por vuestra sagrada y sincera amistad. Goldy el manya ¡¡¡ Viva siempre Peñarol!!!
Goldy el manya.

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